La de Virginia fue una boda llena de detalles, muchos de los cuales preparó ella misma y con un color predominante: AMARILLO
Para los regalitos de los invitados tenía clarísimo lo que quería: unas galletas de glasa con los elementos típicos de un photocall. Labios, gafas, bigotes y pajarita.
Para las chicas, unas gafas de lo más cool. ¡No me diréis que no molan!
Pajaritas amarillas para los chicos, igualita a la que llevaba el novio ese día.
Moustachos tan de moda, vamos, los bigotes de toda la vida estos iguales a los del padre de la novia ji, ji.
Otro modelo para las chicas, súper labios maquillados ¡de esos que dejan los besos tatuados!
Como no podía ser de otra manera, el empaquetado muy sencillo, con una etiqueta con el nombre de los novios y la fecha del bodorrio, cerrado con un pequeño lacito amarillo.
Otro detalle especial fueron estas pizarritas para colocar en el respaldo de las sillas de los novios. Un rotulador de tiza líquida, un poco de caligrafía bonita y ¡voilé! Otro detalle más de esos que marcan la diferencia.
Y para acompañar el paso de la novia, dos niños portarían estas pizarras avisando a todo el mundo: "aquí viene la novia"
Desde luego a original no le gana nadie, y eso que cuando Virginia me dijo la temática de las galletas y los colores no lo vi muy claro:) Pero tengo que decir que las cestas quedaron preciosas ji, ji
Y claro, no me puedo despedir de este post sin desear a esta pareja "que vivan los novios"
Millones de besos,
Miriam