¡Lo que me gusta una
boda! Y más desde que tengo niños, que cualquier ocasión es una excusa para hacer una escapadita con mi santo esposo ji, ji.
Después de preparar un montón de encargos para regalar a otras parejas de novios que se casaban, (podéis ver algunos
AQUI y
AQUI) no podía ir de invitada a la boda de Marta y Alberto y llegar con un sobre en mano o hacer una trasferencia sin más... No, no y no, mi lado diy más oscuro no me lo hubiera perdonado nunca.
Marta y Alberto se casaron en una finca cerca de Madrid al más estilo pinterest. Una boda de ensueño...Miles de detalles por todas partes: los centros de mesas, un cigar bar preparado por el novio, una mesa dulce para animar el baile, un fotomatón con un montón de complementos.....
¡ y mi rincón de firmas!
Esta vez no preparé un álbum como en otras ocasiones, los novios me pidieron un
árbol donde los invitados dejaran su
huella ese día.
Y oye,
loca intrépida que es una, allí me lancé con este nuevo proyecto.
El árbol tiene un tamaño de 50x60 y está dibujado a mano en un cartón de alto gramaje especial de acuarelas. Utilicé unos rotuladores permanentes calibrados y con ellos caligrafié también los nombres y la fecha.
Preparé también para este rincón todos los complementos necesarios, un bote para los rotuladores con los que los invitados escribirían su nombre, un marco con las instrucciones, tintas y caja de toallitas.
Después de hablar con el novio y obtener una información errónea (una vez más queda demostrada la incapacidad de los hombres para diferenciar algunos colores) sobre los tonos de la celebración, decidí no hacer mucho caso al novio e ir sobre seguro. ¡Y menos mal!
Me decanté por los elementos naturales, tela de saco, cintas de encaje, letras en madera y mucho love...
Un marco de Ikea tuneado para la ocasión con unas sencillas instrucciones.
Y el kit completo toallitas incluidas para limpiarse después de estampar la huella.
Un detalle del árbol después de pasar algunos invitados a "dejar huella".
El rincón el día de la boda, más bonito imposible...
( Foto tomada con mi móvil después de
algunos un mojito...)
Sé que digo lo mismo cada vez que me embarco en un nuevo proyecto, idea, o locura pero
me ha encantado preparar este rincón para Marta y Alberto.
Es posible que si hubiera hecho el árbol a ordenador, hubiera quedado perfecto, de hecho estuve dándole vueltas a esta opción, pero una vez más mi santo esposo (y fan número 1, lo sé) me dijo que el apreciaría mucho más un regalo hecho a mano, con todo el cariño y sus imperfecciones que lo hacen único...Y oye, ¡tiene razón!
Y a vosotros, ¿os gustaría recibir un regalo así en alguna celebración especial?
Mil besos,
Miriam