En la vida pasas por varias fases. Primero eres HIJA . En esa primera fase de tu vida no entiendes muchas de las cosas que hace tu progenitora, y te juras a tí misma, que cuando llegue el momento de cambiar de etapa tu harás las cosas infinitamente mejor. Hombre, ¡faltaría más!
Pero un día, te encuentras repitiendo aquellas frases que juraste que jamás utilizarías, y entonces, ese mismo día te das cuenta de que eres MADRE y estás en otra fase.
En el momento en el que te enteras de que vas a ser mamá tus prioridades cambian drásticamente, y todos tus pensamientos giran en torno al bienestar de tu futuro hijo aunque todavía sea del tamaño de una lentejita, y ahí, en ese segundo de tu vida comienzas a comprender a esa persona que de manera desinteresada ha pasado miles de noches en vela,que ha hecho de chófer llevandote de un lado a otro, a esa persona que carraspeaba desde la cama cuando llegabas tarde a casa para que supieras que te esperaba sin pegar ojo....
Mi madre es muchas cosas.
Es mi dobladora oficial de calcetines, es mi suministradora de tapper, es el fan número uno junto con mi suegra de mi blog, es mi crítica gastronómica a pesar de que no le gusta el dulce, es la súper abuela de Alex y Guille... ¿ qué más se puede pedir ?
Para ella, para mi suegra y para todas aquellas que desean ser mamás por encima de todo y se están encontrando con dificultades...para todas va este cuento.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ FELIZ DÍA MAMÁ!!!!!!!!!
Una leyenda de la muñeca rusa Matrioska
(fuente: Barco de vapor)
Érase una vez , un viejo carpintero ruso llamado Serguei.
El viejo Serguei, fabricaba preciosos objetos de madera: silbatos, juguetes, instrumentos musicales... Para ello, todas las semanas, salía a buscar buena madera al bosque para su trabajo.
Aquella noche había nevado mucho, pero con los primeros rayos de sol de la mañana, nuestro amigo salió esperando tener fortuna y encontrar un buen tronco con el que poder trabajar la madera. Pero sólo encontró viejos trozos de madera húmedos y pequeños, que con suerte solo podían servirle para calentarse al fuego.
Cuando iba a retirarse rendido por el cansancio, algo llamó su atención: un bulto grande sobresalía sobre la nieve. Al agacharse, vio el más hermoso de los troncos que nunca había recogido, de una maravillosa madera blanquecina. Serguei tomó fuerzas y recogió el tronco, que transportó hasta su casa. Tomó aquel tronco como el mayor de los tesoros y pensó que debía valer para hacer algo muy especial.
Pasó días y noches sin dormir, hasta que por fin se le ocurrió hacer una muñeca con la madera y así lo hizo. Cuando terminó, estaba tan orgulloso de su trabajo, que decidió no ponerla en venta. Se sentía muy solo y aquel pequeño objeto lo acompañaba en su soledad.
-Te llamaré "Matrioska"- dijo a la pequeña muñeca.
Cada mañana, Serguei se levantaba y saludaba a su amiga:
-Buenos días, Matrioska. Hasta que un día, la Matrioska contestó:
-Buenos días, Serguei. Serguei se quedó muy impresionado y volvió a responder:
-Buenos días, Matrioska.
El viejo carpintero se sentía muy afortunado de tener alguien con quien conversar en su soledad. Pero Matrioska solo hablaba cuando los dos estaban solos.
Un día, Matrioska se levantó muy triste. Serguei, que lo había notado, preguntó:-¿qué te pasa, mi querida Matrioska?-¡que no es justo!-¿el qué?- contestó el carpintero.
-Cada mañana me levanto y veo a la osa con sus oseznos, a la perra con sus perritos... incluso tú me tienes a mí. Yo querría tener una hijita- contestó la Matrioska.
-Pero entonces- le dijo Serguei- tendría que abrirte y sacar madera de ti, y eso sería doloroso.
-Ya sabes que en la vida las cosas importantes siempre suponen pequeños sacrificios- contestó la bella Matrioska.
-Ya sabes que en la vida las cosas importantes siempre suponen pequeños sacrificios- contestó la bella Matrioska.
Y así fue como el carpintero abrió a su pequeña muñeca y de ella extrajo madera de su interior, para crear una muñequita más pequeña pero exactamente igual a ella, a la que llamó Trioska.
Desde aquel día, todas las mañanas saludaba:-Buenos días Matrioska, buenos días "Trioska".-Buenos días, Serguei-respondían al unísono.
Muy pronto ocurrió que Trioska también sintió la necesidad de ser madre. Así, el viejo Serguei volvió a repetir el proceso y de ella sacó otra muñeca exacta a ella pero más pequeña a la que llamó "Oska".
Al cabo de un tiempo, también el instinto maternal se despertó en Oska, que rogó a Serguei que la hiciera madre. Al abrir a Oska, se dio cuenta de que sólo quedaba un mínimo trozo de madera. Sólo una muñeca más podría realizarse.
Entonces, el viejo carpintero tuvo una gran idea. Fabricó un diminuto muñeco y antes de terminarlo, le pintó unos grandes bigotes. Cuando lo hubo terminado, lo puso delante del espejo y le dijo:-mira , "Ka",... Tú tienes bigotes. Eres un hombre. Por tanto, no puedes tener un hijo o una hija dentro de ti.
Después abrió a Oska. Puso a Ka dentro de Oska. Cerró a Oska, abrió a Trioska. Puso a Oska dentro de Trioska. Cerró a Trioska, abrió a Matrioska. Puso a Trioska dentro de Matrioska y cerró a Matrioska. Un día, Matrioska desapareció misteriosamente de la casa de Serguei.
Si alguna vez encontráis a Mastrioska, Trioska y Oska y en su interior, al pequeño Ka, no dudéis en darles cariño
( Foto de mis galletas de matrioska)
Estoy enlazando este post desde el AVE volviendo de un súper puente con la fiesta de enlaces de Personalización de blogs
Ah! Por cierto, este post surge por la iniciativa de Mónica de Tinkerbell. Me ha encantado colaborar en él.
Besitos
( Foto de mis galletas de matrioska)
Estoy enlazando este post desde el AVE volviendo de un súper puente con la fiesta de enlaces de Personalización de blogs
Ah! Por cierto, este post surge por la iniciativa de Mónica de Tinkerbell. Me ha encantado colaborar en él.
Besitos
Que bella historia! Me ha gustado muchisimo.un saludo desde la Fragua!
ResponderEliminarMuchas gracias por la parte que me toca.
ResponderEliminarUna historia muy tierna,
Un beso
Isabel
un post bien bonito y lleno de ternura y emoción, la historia es preciosa.
ResponderEliminarBesos guapa y feliz dia
Hola, gracias a la iniciativa #mimamamemima, te he conocido. Preciosas fotos y precioso blog, felicidades.
ResponderEliminarMamen.
Vainilla, Coco y algo más
Oohh muy bonito !tanto lo que has escrito a Merce y tu suegra, como el cuento (otra de tus seguidoras cercanas) jeje ;)
ResponderEliminarHola!!he parado aquí por casualidad y me ha encantado tu blog!!
ResponderEliminarun besazoo
Hola, qué bonitas galletas. Tienes un blog precioso. Qué post tan bonito. Un besico.
ResponderEliminarHola guapa!
ResponderEliminarMe gusta tu blog porque tiene un poco de todo y porque además eres otra de las súper mamás bloggeras.
He decidido darte dos premios en mi blog, Un Delfín en mi Cocina.
¡Espero que te animes a participar!
Un besito,
Susana.
ohhh, que maravilla de galletitas. Y que detallista envolviendo todo ¡¡¡
ResponderEliminarTe he conocido gracias a los premios de Un Delfín en mi cocina. Encantada ¡¡¡
Me quedo por aquí.
Saludos de otra mami bloguera :)
No lo habia leido nunca!!! Es un cuento precioso. Me estare volviendo ñoña???;-)
ResponderEliminarNo lo habia leido nunca!!! Es un cuento precioso. Me estare volviendo ñoña???;-)
ResponderEliminarUna historia preciosa, y unas galletas con muy buena pinta...!
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